De acuerdo a los avisos publicados en diarios locales, el 31 de marzo vencía el plazo de presentación de ofertas para la licitación pública realizada por la Municipalidad para la venta de tres lotes de su propiedad ubicados en distintos lugares de la ciudad (Sargento Cabral entre Dorrego y Av. Roque S. Peña, Lavalle entre Santiago H. Pérez y Ricardo Gutiérrez y Gerardo Risso entre Pergamino y Alberdi), con precios base que entre los tres suman 485.000 pesos. La venta fue autorizada mediante Ordenanza Nº 2.181 que incluye otros tres lotes que no figuran en la referida Licitación.
La Ordenanza renguea ya desde sus fundamentos cuando afirma que la sola tenencia de los terrenos es totalmente infructuoso (sic) para la comuna local y se desbarranca del todo cuando fija que los ingresos obtenidos por la venta de los terrenos serán destinados “a inversiones en programa de seguridad y/o gastos que demande el área pertinente del municipio”, lo que, cuando menos es redundante.
Lo concreto entonces es que el Municipio rifará, quemará más de medio millón de pesos, se desprenderá de seis lotes para solventar gastos en seguridad (suponemos que serán las famosas cámaras que anunció el Intendente), despilfarrando parte del patrimonio municipal en una inversión que debería correr por cuenta de la Provincia.
El Municipio colabora desde hace varios años aportando dinero para distintos conceptos de seguridad, como combustible, arreglos de móviles y otros, como para encima ahora desprenderse de valiosos terrenos, dinero que debiera emplearse en bienes de mayor perdurabilidad, por ejemplo la construcción de al menos una vivienda para que sea facilitada transitoriamente en casos de emergencia.
Nada de eso sucederá y por lo tanto, lejos de cumplir una función social, seguramente veremos levantarse en esos terrenos algunos de esas fastuosas mansiones que pueblan el paisaje ciudadano. Eso al márgen del buen negocio que harán los proveedores de sistemas de seguridad.
La Ordenanza renguea ya desde sus fundamentos cuando afirma que la sola tenencia de los terrenos es totalmente infructuoso (sic) para la comuna local y se desbarranca del todo cuando fija que los ingresos obtenidos por la venta de los terrenos serán destinados “a inversiones en programa de seguridad y/o gastos que demande el área pertinente del municipio”, lo que, cuando menos es redundante.
Lo concreto entonces es que el Municipio rifará, quemará más de medio millón de pesos, se desprenderá de seis lotes para solventar gastos en seguridad (suponemos que serán las famosas cámaras que anunció el Intendente), despilfarrando parte del patrimonio municipal en una inversión que debería correr por cuenta de la Provincia.
El Municipio colabora desde hace varios años aportando dinero para distintos conceptos de seguridad, como combustible, arreglos de móviles y otros, como para encima ahora desprenderse de valiosos terrenos, dinero que debiera emplearse en bienes de mayor perdurabilidad, por ejemplo la construcción de al menos una vivienda para que sea facilitada transitoriamente en casos de emergencia.
Nada de eso sucederá y por lo tanto, lejos de cumplir una función social, seguramente veremos levantarse en esos terrenos algunos de esas fastuosas mansiones que pueblan el paisaje ciudadano. Eso al márgen del buen negocio que harán los proveedores de sistemas de seguridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario