Posiblemente a algunos lectores se les haga difícil entender nuestra insistencia en criticar la conducta del Bloque bolinaguista de mandar proyecto opositores al archivo. Permítasenos una breve explicación.
El Concejo Deliberante se expresa mediante cuatro tipos de disposiciones: ordenanzas, decretos, resoluciones y comunicaciones. De ellas la de mayor fuerza son las ordenanzas, ya que establecen un precepto de carácter obligatorio. Los decretos básicamente se utilizan para establecer cuestiones internas del Concejo o refrendar algún acto del Ejecutivo y las resoluciones y comunicaciones se utilizan para canalizar pedidos de informes, plantear o proponer al Ejecutivo distintas medidas.
Salvo las ordenanzas que -de no mediar un caso de urgencia- se aprueban luego de un estudio previo en Comisiones, los decretos, resoluciones y comunicaciones siempre, a lo largo de 25 años, se aprobaron en las sesión en la cual ingresaban, más allá de alguna excepción y con el objeto de mejorar el proyecto. Quedaba después por ver si el Ejecutivo las guardaba en un cajón, o respondía los informes pedido o hacía la obra que se le pedía, pero al menos TODOS los Bloques tenían la seguridad de que sus proyectos de resolución y comunicación serían aprobados.
Eso es lo grave del accionar de este Bloque aleccionado por Bolinaga, ya que al enviar al archivo proyectos opositores priva a estos de canalizar adecuadamente los inquietudes que les plantean los vecinos.
A uno de esos Bloques le mocharon casi un 20 % de sus proyectos, tanto rechazándolos directamente como enviándolos sin necesidad a una Comisión para luego si archivarlos. Así murieron asuntos como el proyecto de Microcréditos que ya comentamos, reiterados pedidos de informes sobre el estado del presupuesto y los gastos del Municipio, la situación de la Sala de Barrio Alberdi, las actuaciones en la Farmacia del Hospital, la causa por la cual no se recogía la basura en el Barrio 350 Viviendas o los posibles juicios contra la Municipalidad, temas considerados “irrelevantes” por los inefables concejales oficialistas.
El Concejo Deliberante se expresa mediante cuatro tipos de disposiciones: ordenanzas, decretos, resoluciones y comunicaciones. De ellas la de mayor fuerza son las ordenanzas, ya que establecen un precepto de carácter obligatorio. Los decretos básicamente se utilizan para establecer cuestiones internas del Concejo o refrendar algún acto del Ejecutivo y las resoluciones y comunicaciones se utilizan para canalizar pedidos de informes, plantear o proponer al Ejecutivo distintas medidas.
Salvo las ordenanzas que -de no mediar un caso de urgencia- se aprueban luego de un estudio previo en Comisiones, los decretos, resoluciones y comunicaciones siempre, a lo largo de 25 años, se aprobaron en las sesión en la cual ingresaban, más allá de alguna excepción y con el objeto de mejorar el proyecto. Quedaba después por ver si el Ejecutivo las guardaba en un cajón, o respondía los informes pedido o hacía la obra que se le pedía, pero al menos TODOS los Bloques tenían la seguridad de que sus proyectos de resolución y comunicación serían aprobados.
Eso es lo grave del accionar de este Bloque aleccionado por Bolinaga, ya que al enviar al archivo proyectos opositores priva a estos de canalizar adecuadamente los inquietudes que les plantean los vecinos.
A uno de esos Bloques le mocharon casi un 20 % de sus proyectos, tanto rechazándolos directamente como enviándolos sin necesidad a una Comisión para luego si archivarlos. Así murieron asuntos como el proyecto de Microcréditos que ya comentamos, reiterados pedidos de informes sobre el estado del presupuesto y los gastos del Municipio, la situación de la Sala de Barrio Alberdi, las actuaciones en la Farmacia del Hospital, la causa por la cual no se recogía la basura en el Barrio 350 Viviendas o los posibles juicios contra la Municipalidad, temas considerados “irrelevantes” por los inefables concejales oficialistas.
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