martes, 10 de febrero de 2009

Los Inquisidores de la jeringa



Hace uno año atrás -el 4 de febrero de 2008 para ser más exactos- la Farmacia del Hospital fue testigo de uno de los más aparatosos shows mediáticos generados por la actual gestión municipal. Ese día y en ausencia de la titular de esa dependencia, el Intendente y un grupo de acólitos -más un escribano y la consabida cámara de TV- irrumpieron en el lugar como si estuvieran protagonizando un allanamiento de Elliot Ness y sus Intocables.
El resultado de este operativo fue "una especie de intervención" según la curiosa definición de un funcionario, seguida el martes 5 por una conferencia de prensa donde, entre reiteradas alusiones a "la defensa de la salud de la gente", se pretendió explicar las razones de todo aquel “circo”.
No conformes con el operativo del lunes 4, los inquisidores bolinaguistas volvieron a la carga el martes 12, siendo esta vez el objeto de su santa furia las empleadas de la Farmacia a quienes pretendieron hacerles firmar un inventario realizado por funcionarios y concejales oficialistas sin la menor experiencia ni conocimiento del tema. Ante el pedido de las mismas de realizar una consulta previa fueron suspendidas de inmediato.
Algunos de los argumentos que se esgrimieron para consumar ese atropello fueron, entre otros, que había medicamentos vencidos, deficiencias en el Inventario y que en el Hospital se gastaba en remedios más del 50 % que en otros de la zona.
Que existieran medicamentos vencidos no significa que alguno de ellos haya sido administrado a un paciente, cosa nunca probada. Las deficiencias en el Inventario son un problema estructural, a tal punto que la profesional designada en forma interina tampoco pudo solucionarlo y terminó alejándose, y en cuanto al gasto en medicamentos la afirmación fue hecha en base a ¡averiguaciones y consultas telefónicas con otros hospitales de la zona!, sin tener en cuentas las distintas características de cada nosocomio.
El análisis de lo ocurrido en los meses posteriores pone en evidencia la falsedad de los argumentos invocados:
-La titular de la Farmacia debió ser restituida a su cargo tras pronunciamientos en su favor por parte del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia y al cumplirse todos los plazos del sumario sin que se le pudiera acreditar nada en su contra.
-No obstante lo anterior fue “recluida” en una dependencia del Hospital y sometida a constante persecución y presión psicológica , por lo cual la profesional pidió licencia por enfermedad.
-A un año de los hechos su defensa no había logrado acceder a la totalidad del sumario, lo que pone al Municipio en una situación muy difícil en caso que la afectada lleve el tema a la Justicia.
-Si el motivo era ahorrar dinero no se entiende la actitud de Ejecutivo que crea un nuevo cargo, la Dirección de Farmacia, lo que equivale a un nuevo sueldo, en este caso $ 48.000 anuales sin contar aportes patronales y otros conceptos.
Si no se solucionaron los problemas de fondo denunciados, ¿cuál fue entonces la causa de lo que sucedió? Por un lado la inquina de la Directora del Hospital contra la profesional desplazada, quien al menos en dos ocasiones había demostrado la inexactitud de sendas denuncias de la odontóloga respecto al suministro de anestesia vencida, por el otro tal vez la necesidad del bolinaguismo de tener las manos libres en un sector tan sensible del Hospital…
En suma uno más de los atropellos llevados a cabo por esta gestión municipal contra todo aquel que no acate dócilmente sus directivas. Una maniobra mezquina que no vaciló en agraviar gratuitamente a una profesional que, no obstante lo desigual de la pelea, ha venido enfrentando a Bolinaga y sus mastines, y que tarde o temprano –si la Justicia se aplica como tal- hará valer sus derechos, aunque nadie podrá resarcirla por las mentiras difundidas alegre e insistentemente por este grupo de miserables y algunos de sus alcahuetes periodísticos.

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