lunes, 27 de octubre de 2008

Carta abierta al Jefe de Gabinete


Estimado Sergio:
Antes que nada disculpá el tuteo pero es que de alguna forma te conozco, yo te escuchaba cuando siendo vos el capo de la ANSESS ibas al programa de Virginia Hanglin y, en plan de Papá Noel, le informabas a los oyentes en que etapa estaban sus trámites jubilatorios. A propósito ¡cómo debés añorar esa época Sergio!, ser Jefe de Gabinete nunca fue fácil pero lo tuyo es de pesadilla: hacer que los Kirchner parezcan gente medianamente creíble, anunciar proyectos que se caen al día siguiente , explicarle a los aportantes que la guita que pusieron en la AFJP no va a ser manoteada para otros fines o demostrarle a los empresarios la “transparencia” del INDEC. A este paso vas a terminar como tu antecesor, Albertito Fernandez, con la ojeras por el suelo.
Pero el motivo básico de mi carta no son estas consideraciones superfluas sino transmitirte mi inquietud respecto a un titulo de un periódico local que me dejó atónito, patitieso, estupefacto: “MASSA SE QUIERE LLEVAR A BOLINAGA”. Recuperado apenas del estado de shock en que había caído comencé a considerar si la noticia tendría algún fundamento o se trataba de otra de esas brillantes operaciones mediáticas que se manda el susodicho cada vez que necesita levantar sus acciones. En eso recordé una reciente reunión tuya con Intendentes (el nuestro entre ellos) donde viandas de por medio y con una onda los Doce Apóstoles estuvieron analizando como hacernos más felices y pensé que la cosa podía venir en serio.
Vos dirás Sergio que lo mío tira hacia la esquizofrenia (no por nada me han recomendado públicamente ir al psicólogo), pero mis sentimientos en este tema son encontrados. Como ciudadano que cree –ingenuamente- que la idoneidad es una condición esencial para ocupar un cargo público, tu elección no me parece muy acertada, no hace falta que te diga que tu “pollo” se tuvo que ir (mejor dicho lo fueron) del Instituto Provincial del Menor y la Familia en medio de un escándalo de proporciones, que en ocho años y medio como Senador no presento un proyecto rescatable (si es que presentó alguno), ni que de su paso por Ferrobaires sólo se recuerda aquel servicio VIP que fletó una vez a Mar del Plata, con vagones con aire acondicionado, baños impecables y un fantástico catering, suerte que no corrieron los comunes mortales para los cuales el mismo viaje podía durar 15 horas, en vagones mugrientos, sin luz y casi sin agua, con ventiladores que apenas se movían y baños inmundos.
Y ahora viene la otra cara de mi pensamiento esquizoide. Es que si bien yo no lo quiero a Bolinaga hay un costado humano que no puede dejarse de lado: el muchacho sufre, fueron muchos años de juego grande, de boliches top, de champagne y otras delicias mundanas y ahora como simple Intendente se marchita, es un gorrión enjaulado que anhela la libertad. Se aburre, Sergio, no sabe que hacer; en Arrecifes ya no queda un yuyo en pie, una calle sin pintar y pocos monumentos intactos. Si quiere volver a volar a alto ¿quiénes somos nosotros para negarle esa dicha?
Así planteadas las cosas Sergio, que se cumpla nomás tu decisión de llevártelo, de la sucesión no te preocupes porque en eso el ya tiene práctica y seguirá manejando la Municipalidad por teléfono (como hacés vos con la de Tigre, bah). Una última aclaración, como la cuestión económica se ha puesto difícil , si hubiera algún problema de plata avisanos, con un grupo de vecinos podríamos arrimar unos mangos para pagarle el pasaje (de ida solamente) y un módico aporte para el sueldo. Es un pequeño esfuerzo económico pero nada comparado con el que tendríamos que hacer si completa el mandato y nos deja otro muerto como el de 1995. Bueno, eso es todo estimado Sergio, saludos al resto de los Apóstoles y ¡aguante Tigre!, que si se les da el Campeonato ya estás para Presidente en el 2011… o antes.

Carlos R. Martinez

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