lunes, 13 de octubre de 2008

La maldición de los zombis


Resulta doloroso pensar que el 10 de diciembre, cuando se cumplan 25 años de la restauración de la Democracia, el Concejo Deliberante de Arrecifes contará entre sus integrantes cono uno de los Bloques más ineptos e i-rre-le-van-tes (por utilizar un término empleado por ellos para descalificar el trabajo de los opositores), hablo del Bloque del Frente para la Victoria que integran, bueno es recordarlo, Julio Suárez, Mariano Tarilo, Juan Zuvilivia, Alberto Casadei y Alcides Carbajales. Prefiero omitir en la enumeración -por ahora- a las dos damas del grupo y al octavo integrante, que tiene sí una extensa trayectoria política sobre sus espaldas, trayectoria que no merecería ser cerrada de esta forma.
Algunos de los concejales nombrados vienen del 2005, otros se sumaron en el 2007 y todos en conjunto son responsables por su mayoría absoluta -primero de 9 votos y ahora de 8- de uno de los ciclos más pobres que se conozcan en el Concejo, no sólo en cuanto a la creación de normas u ordenanzas rescatables sino además por el clima de intolerancia hacia las restantes minorías, por un estilo autoritario que incluso en algún momento afectó también al eficiente personal del Concejo, una situación que jamás se había dado hasta entonces.
Esa mayoría automática (o más bien autista) sirvió primero para demoler prolijamente la ya de por sí deficiente gestión Angelini y hoy, en papel de oficialistas, hacen todo lo contrario a lo que predicaban antes. Le dan a Bolinaga el manejo irrestricto del Presupuesto que le negaron a Angelini, rechazan cualquier pedido de información cuando antes se desgañitaban gritando porque les faltaba algún dato ó, siendo que basaron sus campañas electorales en las deficiencias reales o inventadas del Hospital, ahora callan cuando la administración Bolinaga pretende reducir el funcionamiento de ese centro de salud basándose en un mezquino e inadmisible criterio de caja.
Cuesta realmente encontrar en estos últimos veinticinco años de la historia del Concejo Deliberante algo siquiera parecido al nivel de incapacidad y sometimiento que demuestran los concejales del Frente para Victoria (mérito” que comparten los que ahora están de licencia cumpliendo funciones ejecutivas); tal negación de los derechos de los bloques minoritarios que también representan a miles de vecinos, los que son de esa forma sistemáticamente silenciados.
En todos estos años el Justicialismo local fue a veces gobierno, otras oposición y, dentro de esa voracidad de poder que lo caracteriza, siempre tuvo en el Concejo gente rescatable tanto por su experiencia política, su voluntad de trabajo o sus cualidades personales. Nombres como los de José Healion, el escribano Risso, Abel Aubalat o Ricardo Di Rado, entre otros, pueden formar parte de esa lista de concejales peronistas que no confundían lealtad partidaria con sumisión absoluta ni creían que el adversario político debía ser amordazado a perpetuidad.
Nada de eso sucede ahora. El miedo a Bolinaga, el pavor a caer en desgracia ante el amo del partido, sus propias limitaciones, los hacen comportarse como seres sin voluntad propia, partícipes necesarios de esta verdadera maldición que cayó sobre Arrecifes desde el pasado 10 de diciembre.

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